En esta obra decidí tomar el billete de cien dólares como soporte porque representa el poder económico que mueve gran parte de los conflictos armados en el mundo. Sobre ese símbolo de riqueza coloco la verdadera factura de esas guerras, la infancia.
En el centro están dos niñas. Una lleva los colores de Palestina, la otra los de Israel. No están enfrentadas, no se odian, no empuñan armas, se abrazan. Ese gesto sencillo y humano contradice la narrativa de los soldados que las rodean, sombras negras que simbolizan la violencia, la obediencia ciega y la repetición interminable del conflicto.
Quise que el espectador viera cómo los intereses políticos y económicos las aprisionan entre disparos, banderas y sangre. Pero al mismo tiempo, en medio de todo, ellas aparecen como la única chispa de esperanza, la inocencia que aún se atreve a imaginar otra manera de habitar el mundo.
El dinero, las armas, las fronteras… todo eso es frágil frente a la fuerza de un abrazo. Esa es la tensión que quise dejar en la obra, el contraste entre un sistema que fabrica guerra y dos niñas que, a pesar de todo, eligen la vida.
No es una reproducción masiva, solo existen dos unidades en el mundo. Es un print intervenido a mano con pintura en spray, lo que lo convierte en pieza única dentro de su serie.
Tamaño: 700x300mm.
Técnica: Print, pintura en spray
Año: 2024
Material: Papel texturizado de 250gr.