LOVE BIBENDUM YELLOW

Siempre me ha fascinado cómo los íconos publicitarios pueden convertirse en símbolos emocionales, casi humanos. En esta obra utilicé al mítico muñeco Michelin, sí, ese símbolo de neumáticos, frío e industrial, y lo humanicé al máximo: lo transformé en un embajador del amor.

Lo pinté haciendo un gesto universal: el corazón con las manos. Una forma simple, directa, pero que lo dice todo. Lo coloqué con una plantilla ornamental de fondo y una tipografía que grita LOVE, quise crear una imagen directa pero con varias capas. Todo en esta pieza habla de contraste y ternura donde lo rígido se vuelve blando, lo industrial afectivo y lo comercial se transforma en mensaje.

Hay ironía, claro, pero también mucha intención. Porque si no amamos lo que hacemos y a quienes nos rodean, ¿entonces qué nos queda?

Me gusta pensar que hay piezas que se quedan contigo sin que sepas muy bien por qué. Esta es una de ellas.